
El gobierno argentino ha anunciado una medida histórica: la importación de 50.000 vehículos híbridos y eléctricos sin aranceles. Esta decisión responde a la necesidad de acelerar la transición hacia la movilidad sustentable y reducir la dependencia de combustibles fósiles. Sin embargo, más allá del beneficio ambiental, esta medida tiene implicaciones económicas, industriales y de infraestructura que deben ser analizadas con detenimiento.
¿En qué consiste la medida?
Actualmente, los vehículos eléctricos e híbridos que ingresan a Argentina enfrentan aranceles elevados, lo que encarece su precio y limita su acceso a la población. Con la eliminación de estos impuestos para un cupo de 50.000 unidades, se espera que el mercado automotor tenga una mayor oferta de vehículos con tecnología más limpia.
Los vehículos que podrán beneficiarse de esta exención arancelaria deberán cumplir con los siguientes requisitos:
- Precio máximo de USD 16.000 FOB (precio en puerto de origen).
- Peso superior a 400 kg sin incluir la batería.
- Potencia mínima de 15 kW (aproximadamente 20 CV).
- Autonomía mínima de 80 kilómetros en el caso de los eléctricos.
Estos parámetros dejan fuera a modelos más pequeños y asequibles, como el Citroën Ami, que por sus características no cumple con los criterios establecidos.

Impacto en la industria automotriz
El sector automotriz en Argentina ha recibido esta noticia con cierta sorpresa y expectativa. Si bien el gobierno ya había implementado medidas para fomentar la movilidad eléctrica, la magnitud de este cupo y los criterios de selección han generado debates entre los fabricantes e importadores.
Beneficio para las marcas internacionales
Los principales beneficiados de esta exención arancelaria serán los fabricantes de vehículos eléctricos e híbridos de Asia, Europa y Estados Unidos, cuyos modelos ingresan a Argentina con un arancel del 35%. Al eliminar este costo, estos vehículos podrán competir con mayor facilidad en el mercado argentino.
Por otro lado, las automotrices que producen en la región, como las plantas en Brasil, México, Colombia y Uruguay, no verán un impacto directo, ya que sus modelos ya ingresaban sin aranceles debido a acuerdos comerciales previos.
Competencia con la industria local
La apertura a la importación de vehículos sin aranceles plantea un desafío para la industria automotriz nacional. Si bien Argentina cuenta con ensambladoras y fábricas en el sector, la producción de vehículos híbridos y eléctricos aún es limitada.
Empresas locales han solicitado claridad sobre cómo se asignarán los cupos de importación, para evitar que el mercado se vea inundado con modelos importados y se desincentive la fabricación nacional de autos con tecnología sostenible.
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Desafíos y limitaciones
A pesar del entusiasmo que ha generado esta medida, hay varios desafíos que deben resolverse para garantizar su éxito.
Infraestructura de carga
Uno de los principales obstáculos para la adopción masiva de vehículos eléctricos en Argentina es la falta de una red de estaciones de carga adecuada. Sin suficientes puntos de recarga, la autonomía de los vehículos eléctricos sigue siendo una preocupación para los potenciales compradores.
En este sentido, es crucial que el gobierno complemente esta medida con incentivos para la instalación de más cargadores en estaciones de servicio, centros comerciales y zonas residenciales.
Proceso de homologación
Para que los nuevos modelos puedan comercializarse en Argentina, deben pasar por un proceso de homologación que incluye la obtención de la Licencia de Configuración Ambiental (LCA) y la Licencia de Configuración de Modelo (LCM). Actualmente, este trámite puede tardar hasta seis meses, lo que podría retrasar la disponibilidad de los vehículos en el mercado.
El gobierno ha anunciado que está evaluando formas de agilizar estos procesos para garantizar que los modelos aprobados puedan ingresar al mercado de manera más rápida.
Impacto ambiental y económico
La introducción de 50.000 vehículos híbridos y eléctricos representa un avance significativo en la reducción de emisiones contaminantes. Argentina ha firmado acuerdos internacionales para disminuir su huella de carbono, y el fomento a la movilidad eléctrica es un paso clave en esta dirección.
Menos dependencia de combustibles fósiles
El uso de vehículos eléctricos reduce la demanda de combustibles fósiles, lo que puede ayudar a disminuir la importación de gasolina y diésel, generando ahorros para el país y reduciendo la volatilidad de los precios del combustible.
Reducción de costos para los usuarios
Si bien los vehículos eléctricos suelen tener un costo inicial más alto que los de combustión, los gastos en mantenimiento y carga de energía son considerablemente menores. A largo plazo, los conductores pueden ver un ahorro significativo en comparación con los autos tradicionales.
Perspectivas a futuro
El éxito de esta medida dependerá de múltiples factores, desde la respuesta del mercado hasta la capacidad del gobierno para resolver los desafíos de infraestructura y homologación. Si bien la exención de aranceles es un gran paso, se requiere una estrategia integral que incluya incentivos para la producción local y el desarrollo de una red de carga eficiente.
El camino hacia la electrificación del parque automotor en Argentina todavía enfrenta obstáculos, pero la apertura a estos 50.000 vehículos podría ser el impulso que necesita el país para acelerar su transición hacia una movilidad más sostenible.
Conclusión
La importación de 50.000 vehículos híbridos y eléctricos sin aranceles es una medida ambiciosa que busca transformar el mercado automotor en Argentina. Sin embargo, su implementación presenta retos en términos de infraestructura, regulación y producción local.
Con el apoyo adecuado y políticas complementarias, esta iniciativa tiene el potencial de marcar un antes y un después en la movilidad sustentable del país, beneficiando tanto a los consumidores como al medioambiente.
Fuentes: Infobae