Corea del Norte, bajo el régimen de Kim Jong-un, es conocida por su hermetismo y estrictas políticas internas. Uno de los aspectos menos comprendidos es su sistema educativo. Harry, un joven que escapó del país en 2013 junto a su madre, ha compartido su experiencia en una entrevista reciente, arrojando luz sobre cómo funcionan las escuelas en este aislado país asiático.
Según Harry, los estudiantes norcoreanos permanecen con los mismos profesores y compañeros durante los seis años de educación primaria. Esta falta de rotación limita las oportunidades de socialización y la formación de nuevas amistades, creando un entorno educativo monótono y poco estimulante.
Los recursos educativos en Corea del Norte son escasos y de mala calidad. Los libros de texto se reutilizan durante cinco años, pasando de un estudiante a otro. Harry relata que estos libros a menudo están incompletos o deteriorados, con páginas pintadas o faltantes, lo que dificulta el aprendizaje efectivo.
Aunque el sistema educativo norcoreano se presenta como público y gratuito, en la práctica, las familias deben cubrir la mayoría de los gastos. Esto incluye desde materiales escolares hasta la financiación de reparaciones y construcciones en las instalaciones educativas. Harry destaca que no existe un sistema gubernamental que se encargue de estos costos, recayendo la responsabilidad económica en los padres.
El contenido educativo está fuertemente influenciado por la propaganda estatal. Las asignaturas de historia se centran en la vida y logros de los líderes de la dinastía Kim, incluyendo al abuelo y al padre de Kim Jong-un. Este enfoque limita la exposición de los estudiantes a una visión histórica objetiva y amplia, restringiendo su comprensión del mundo exterior.
El acceso a información sobre otros países está severamente restringido. Harry menciona que, aunque se les enseña sobre la existencia de otras naciones, la información está filtrada y sesgada. Países como Japón, Estados Unidos y Corea del Sur son presentados de manera negativa, y se desalienta cualquier interés en ellos. Esta manipulación informativa busca mantener a la población aislada y alineada con la ideología del régimen.
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Las limitaciones del sistema educativo norcoreano tienen consecuencias significativas en el desarrollo de sus ciudadanos. La falta de recursos, la educación centrada en la propaganda y la responsabilidad financiera impuesta a las familias crean un entorno que dificulta el crecimiento personal y profesional. Los estudiantes carecen de las herramientas necesarias para desarrollarse plenamente y contribuir de manera efectiva a la sociedad.
A diferencia de Corea del Norte, países como Corea del Sur han logrado avances significativos en educación, priorizando la calidad y el acceso equitativo. El sistema educativo surcoreano se destaca por su enfoque en la excelencia académica y la inversión en recursos educativos, lo que ha llevado al país a ocupar posiciones destacadas en evaluaciones internacionales.
El testimonio de Harry ofrece una visión valiosa del sistema educativo en Corea del Norte, revelando las deficiencias y desafíos que enfrentan los estudiantes en el país. La educación, en lugar de ser una herramienta de empoderamiento, se utiliza como un medio de control ideológico, limitando el potencial de las futuras generaciones. Este relato subraya la importancia de la libertad educativa y el acceso a información veraz como pilares fundamentales para el desarrollo humano y social.
Fuentes:
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