Ubicada en el extremo oriental de Cantabria, Castro Urdiales es una villa marinera que destaca por su fascinante mezcla de historia, patrimonio arquitectónico y vida costera. A medio camino entre Bilbao y Santander, esta ciudad ha sabido conservar su esencia medieval y al mismo tiempo abrirse al turismo, ofreciendo al visitante una experiencia completa de cultura, mar y tradición.

Una Historia que Se Remonta a la Época Romana

Los orígenes de Castro Urdiales se pierden en el tiempo, pero fue durante el periodo romano cuando la ciudad alcanzó gran importancia. Fundada como Flaviobriga en el año 74 d.C. bajo el emperador Vespasiano, fue una colonia estratégica por su puerto natural y su proximidad a las explotaciones mineras de hierro. Hoy en día, los restos de esa época aún pueden verse en el subsuelo de la ciudad, lo que permite a los visitantes caminar literalmente sobre la historia. El interés arqueológico ha ido creciendo, convirtiendo a la villa en un referente para quienes desean explorar el pasado romano de la cornisa cantábrica.

Un Conjunto Monumental de Gran Valor

El casco histórico de Castro Urdiales está declarado Bien de Interés Cultural y es uno de los mejor conservados del norte de España. En él se alza, majestuosa, la Iglesia de Santa María de la Asunción, una joya del gótico cantábrico del siglo XIII, comparable en estilo con grandes catedrales europeas. A su lado se ubica el Castillo-Faro, una fortaleza medieval que hoy alberga el faro de la ciudad y desde donde se obtiene una vista privilegiada del puerto y del mar abierto.

Castro Urdiales: Historia Viva en la Costa de Cantabria

Frente a este conjunto, se encuentra el emblemático Puente Romano, conocido también como el “puente viejo” o “pasarela medieval”, que conecta con el peñón de Santa Ana. Esta zona ofrece una de las vistas más fotogénicas de Castro Urdiales y es testimonio del desarrollo estratégico y defensivo que tuvo la villa en épocas de conflicto.

Arquitectura Ecléctica y Riqueza Estética

Más allá del núcleo medieval, la ciudad ofrece también ejemplos de la arquitectura burguesa de finales del siglo XIX y principios del XX. El Palacio de Ocharan, con su mezcla de estilos eclécticos y detalles neomudéjares, refleja la riqueza de la aristocracia local. Su friso cerámico, obra de Daniel Zuloaga, y el adyacente castillo-observatorio neogótico, son muestra de la fusión entre modernidad y tradición. También merece mención la Casa de los Chelines, de estilo neogótico inglés, cuya fachada se impone en la Plaza de España como símbolo del desarrollo urbano de la ciudad durante la Belle Époque.

Tradición Marinera y Gastronomía Local

Castro Urdiales sigue siendo una ciudad profundamente ligada al mar. Su lonja pesquera continúa activa y el puerto es epicentro de vida local. La tradición pesquera se refleja en su rica gastronomía: anchoas, bonito del norte, marmitako, chipirones y sopas de pescado son solo algunos de los manjares que se pueden degustar en sus tabernas y restaurantes. El paseo marítimo, repleto de terrazas y bares, es ideal para disfrutar de un ambiente relajado frente al mar Cantábrico.

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Una Agenda Cultural Activa Todo el Año

Castro Urdiales no solo destaca por su patrimonio, sino también por su dinamismo cultural. Eventos como el Castro Cultural llenan de arte, música y teatro las calles del municipio durante el verano. Además, en noviembre se conmemora el Día Internacional del Patrimonio Mundial, con visitas guiadas, jornadas de puertas abiertas y actividades didácticas. Las fiestas patronales, como las del Carmen o la Semana Santa —declarada Fiesta de Interés Turístico Regional—, permiten al visitante experimentar las costumbres locales más profundas.

Entorno Natural y Actividades al Aire Libre

Castro Urdiales cuenta con un litoral privilegiado para quienes buscan naturaleza y ocio activo. Las playas de Ostende y Brazomar ofrecen arenas finas y aguas limpias, ideales para el baño y los deportes acuáticos. A pocos kilómetros del centro, rutas como el Camino de Santiago del Norte cruzan paisajes verdes que invitan al senderismo. Además, la Vía Verde de Castro-Traslaviña permite recorrer el antiguo trazado ferroviario, ideal para caminantes y ciclistas.

Conclusión

Castro Urdiales es una villa que combina con armonía el pasado y el presente. Su conjunto monumental, su espíritu marinero, su rica gastronomía y su entorno natural la convierten en una joya del norte de España. Ya sea como escapada de fin de semana o como destino de vacaciones, ofrece al visitante una experiencia completa que mezcla cultura, historia, tradición y mar. Un rincón inolvidable de Cantabria que merece ser vivido con los cinco sentidos.

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