
La Semana Santa es uno de los momentos más significativos del calendario colombiano, no solo por su valor religioso, sino también por las oportunidades que ofrece para el turismo cultural y de descanso. En esta época, muchos colombianos buscan reconectarse con sus raíces, su espiritualidad y la riqueza histórica del país a través de destinos que combinan devoción, arquitectura colonial y paisajes inolvidables. A continuación, exploramos algunos de los mejores pueblos tradicionales de Colombia para disfrutar durante esta celebración.
Villa de Leyva, Boyacá: historia viva en piedra
Villa de Leyva es uno de los pueblos coloniales más emblemáticos del país. Su Plaza Mayor empedrada, una de las más grandes de América Latina, es el epicentro de actividades religiosas durante la Semana Santa. Procesiones solemnes, escenificaciones de la pasión de Cristo y un entorno arquitectónico bien conservado hacen de este destino un lugar idóneo para quienes desean vivir una experiencia espiritual en un ambiente auténticamente histórico.
Además de los eventos religiosos, Villa de Leyva ofrece una amplia oferta cultural con museos, galerías, tiendas de artesanías y restaurantes que celebran la gastronomía boyacense. Es un lugar donde el turismo patrimonial y la fe se entrelazan de forma natural.
Barichara, Santander: paz, arquitectura y espiritualidad
Conocido como “el pueblo más bonito de Colombia”, Barichara es un paraíso de tranquilidad y belleza. Sus calles de piedra y casas blancas con techos de barro cautivan a cualquier visitante. Durante la Semana Santa, Barichara se transforma en un escenario religioso con procesiones silenciosas y actos litúrgicos que reflejan el fervor de su comunidad.

Pero más allá de su espiritualidad, este destino ofrece la posibilidad de desconectarse del ajetreo citadino, contemplar paisajes montañosos y disfrutar de la calma que caracteriza a la región santandereana. Es ideal para quienes buscan reflexión y contacto con la naturaleza.
Santa Cruz de Mompox, Bolívar: la joya del Caribe colonial
Mompox, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un lugar donde el tiempo parece haberse detenido. A orillas del río Magdalena, este pueblo conserva su esplendor colonial intacto. Durante la Semana Santa, Mompox se viste de solemnidad con procesiones nocturnas, música sacra y actos religiosos que datan de hace siglos.
Visitar Mompox en esta época es una experiencia inmersiva en la religiosidad caribeña, en la que la tradición y el arte religioso se mezclan en un entorno mágico. Además, su gastronomía, sus orfebres y su gente amable lo convierten en un destino imperdible.
Popayán, Cauca: cuna de la Semana Santa colombiana
Popayán es reconocida internacionalmente por tener una de las celebraciones de Semana Santa más importantes del mundo, inscrita como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. La ciudad se convierte en un escenario sagrado donde las procesiones nocturnas recorren sus calles coloniales, portando imágenes religiosas que datan de los siglos XVII y XVIII.
Además de la riqueza religiosa, Popayán ofrece una amplia oferta cultural y gastronómica, siendo también famosa por su cocina tradicional. Visitarla en Semana Santa es presenciar una de las tradiciones vivas más impactantes del país.
Jericó, Antioquia: fe en la montaña
Jericó, ubicado en las montañas del suroeste antioqueño, es un pueblo lleno de color y espiritualidad. Conocido como el lugar de nacimiento de Santa Laura Montoya, la primera santa colombiana, este municipio se convierte durante la Semana Santa en un destino cargado de simbolismo y religiosidad.
Sus templos, casas coloridas y clima templado crean un ambiente ideal para el recogimiento. Además, Jericó ofrece turismo de naturaleza, senderismo y una fuerte identidad cultural que complementan la experiencia religiosa con actividades al aire libre.
Te puede interesar: Ruta Gastronómica por el Valle del Cauca: Un Recorrido de Sabores para Semana Santa 2025
Guaduas, Cundinamarca: tradición a pocos kilómetros de Bogotá
Para quienes desean un destino cercano a Bogotá, Guaduas es una excelente opción. Este pueblo es parte de la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia y es conocido por ser la cuna de Policarpa Salavarrieta, heroína de la independencia.
En Semana Santa, Guaduas realiza procesiones tradicionales y eventos religiosos que destacan por su organización y sentido comunitario. Además, es un destino con gran valor histórico y hermosos paisajes andinos, ideal para un plan de descanso sin alejarse demasiado de la capital.
Más allá de la fe: turismo cultural y desarrollo local
Visitar estos pueblos durante Semana Santa no solo es una manera de vivir la tradición religiosa, sino también de impulsar la economía local. Al elegir estos destinos, los turistas apoyan a los artesanos, hospedajes familiares, guías locales y comerciantes que encuentran en esta temporada una oportunidad de ingreso vital.
Además, es una forma de preservar el patrimonio inmaterial del país, de conocer nuevas culturas y de reflexionar en entornos que invitan al silencio y a la conexión con lo esencial. El turismo responsable y consciente tiene un papel importante en la conservación de estos espacios únicos.
Conclusión
Colombia está llena de pueblos mágicos que combinan historia, espiritualidad y belleza natural. Semana Santa es la excusa perfecta para descubrirlos, reconectarse con las tradiciones y vivir experiencias transformadoras. Ya sea en las alturas de Boyacá, a orillas del Magdalena o en los valles de Antioquia, cada rincón ofrece una historia que vale la pena vivir.
Fuente: El Tiempo