
Jason Statham vuelve a la pantalla con ‘A Working Man’, un thriller de acción dirigido por David Ayer que se sitúa justo en el tipo de películas que se esperan de esta dupla: combates cuerpo a cuerpo, armas, venganzas personales y una estructura narrativa sencilla. La película ha sido comparada por críticos como una tortilla de patatas: quizás no sea la mejor que has probado, pero si está bien hecha, es capaz de satisfacer el antojo. Y eso es, precisamente, lo que ofrece esta cinta: una propuesta reconocible, funcional y sin demasiadas pretensiones.
Una Historia Familiar en Terreno Conocido
Basada en una novela de Chuck Dixon, el guion de la película fue inicialmente escrito por Sylvester Stallone, quien planeaba adaptarla como serie de televisión. Aunque ese proyecto no prosperó, el texto cayó en manos de David Ayer, conocido por películas como ‘End of Watch’ o ‘Fury’, quien decidió transformarlo en un largometraje con Statham como protagonista.
La historia gira en torno a un hombre que, tras años de vida normal y trabajo duro, se ve arrastrado de nuevo a un mundo violento del que creía haber escapado. Esta premisa, común en el cine de acción, se utiliza como vehículo para explorar una vez más la figura del héroe estoico, que resuelve los conflictos con los puños y el honor. Aunque la trama no innova, sí permite a Statham moverse con soltura en un terreno donde domina por completo.

El Sello de Ayer y la Herencia de Stallone
David Ayer imprime a la película su sello visual: calles oscuras, entornos industriales y una atmósfera sombría que recuerda a sus primeros trabajos. Sin embargo, el guion mantiene un tono clásico, muy cercano a las películas de acción de los 80, herencia evidente del trabajo inicial de Stallone. Esta combinación, aunque interesante, genera cierta disonancia tonal: en algunos momentos se busca profundidad emocional, mientras que en otros se apuesta puramente por la adrenalina, lo que impide que el film logre una identidad clara.
Statham: El Pilar que Sostiene Todo
No cabe duda de que Jason Statham es el principal atractivo de esta producción. El actor británico interpreta, una vez más, al tipo duro de pocas palabras, eficiente con las manos y con un código moral rígido. Aunque su rango interpretativo es limitado, sabe exactamente cómo usarlo. Su presencia en pantalla aporta fuerza y familiaridad, elementos clave para el público que acude a ver este tipo de películas.
Sus escenas de acción están bien coreografiadas y ejecutadas, con un enfoque más físico que digital, algo que se agradece en tiempos donde la acción se llena de efectos especiales. En ‘A Working Man’, los golpes suenan secos, las armas pesan, y el combate se siente crudo, lo que suma realismo y tensión al conjunto.
Un Reparto Desaprovechado
A pesar de contar con nombres interesantes en el elenco, como David Harbour, estos no logran brillar. Harbour interpreta a un personaje secundario con potencial, pero apenas tiene desarrollo o peso en la trama. Esto refleja uno de los principales problemas de la película: un guion que se centra demasiado en su protagonista y descuida las oportunidades de enriquecer la historia a través de los personajes secundarios.
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¿Qué la Distingue de Otras Películas de Acción?
‘A Working Man’ no pretende revolucionar el género. En realidad, juega seguro: sigue fórmulas conocidas, evita complicaciones narrativas y apuesta por la efectividad visual y el ritmo. Es una película ideal para ver sin mayores expectativas, especialmente si te gusta el cine de acción tradicional. Lo que la hace ligeramente diferente es el intento, aunque fallido, de insertar capas emocionales en su protagonista. Hay pinceladas de trauma, familia, y redención, pero se quedan en la superficie.
Comparaciones Inevitables
Es inevitable compararla con otras cintas de Statham, especialmente con ‘Beekeeper: El Protector’, también dirigida por Ayer. Aquella película ofrecía un enfoque más equilibrado entre acción y desarrollo de personaje, y dejó un mejor sabor de boca. En cambio, ‘A Working Man’ se siente más como una producción de transición, un “relleno” de calidad antes del próximo gran éxito del actor.
Conclusión
‘A Working Man’ no es una película memorable ni aspira a serlo. Es una pieza más en la ya extensa filmografía de Jason Statham que cumple con su propósito: ofrecer entretenimiento rápido, directo y sin complicaciones. Para los fanáticos del actor, será una entrega disfrutable; para los demás, un thriller de acción más, bien producido pero olvidable. En resumen, es como una tortilla de patatas comprada: no es la de tu madre, pero te quita el hambre.
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