Desde su debut, Dragon Ball ha sido una de las franquicias de anime y manga más influyentes de la historia. Mientras que Dragon Ball Z consolidó el éxito de la serie con épicas batallas y poderosos enemigos, su enfoque estuvo más centrado en la acción que en el desarrollo de los personajes. Sin embargo, Dragon Ball Super ha corregido este aspecto, brindando a varios personajes una evolución más profunda y matizada. A continuación, exploramos los personajes que han recibido un tratamiento narrativo más rico en Dragon Ball Super en comparación con su versión en Dragon Ball Z.
En Dragon Ball Z, Bardock fue introducido como un guerrero saiyajin de clase baja, valiente pero despiadado, cuya única relevancia en la historia era haber sido el padre de Goku y haberse rebelado contra Freezer. Sin embargo, en Dragon Ball Super, su figura ha sido revisada y expandida, especialmente en la saga de Granolah. Ahora, Bardock no solo es un luchador fuerte, sino también un padre protector que decide salvar a su hijo en lugar de entregarse completamente al destino de los saiyajins. Este cambio añade una capa emocional a su personaje, mostrando que, incluso en una raza de guerreros implacables, hay lugar para la compasión y el instinto paternal.
En Dragon Ball Z, el Androide 17 tuvo una participación breve pero impactante durante la saga de los androides. Su papel era el de un antagonista frío y sin emociones que servía como obstáculo para los héroes antes de ser absorbido por Cell. Su destino final quedó sin explorarse hasta Dragon Ball Super, donde se le da una nueva vida y propósito.
En Super, Androide 17 aparece como un guardabosques dedicado a proteger la naturaleza y los animales en una isla remota. Su crecimiento como personaje se manifiesta aún más en el Torneo de Poder, donde no solo demuestra su impresionante fuerza y estrategia, sino que también muestra un sentido de liderazgo y sacrificio al ser el último guerrero en pie, asegurando la victoria del Universo 7. Esta evolución convierte a Androide 17 en uno de los personajes más complejos y satisfactorios de la franquicia.
El Broly de las películas clásicas de Dragon Ball Z era un personaje con gran poder pero con motivaciones pobres. Su odio hacia Goku se justificaba con un origen ridículo: haber llorado junto a él cuando eran bebés. En Dragon Ball Super, sin embargo, Broly es reimaginado con una historia más trágica y realista.
La película Dragon Ball Super: Broly presenta a un guerrero que no es inherentemente malvado, sino un ser víctima de las circunstancias. Creció aislado del mundo debido a la obsesión de su padre por vengarse del Rey Vegeta. En lugar de ser un simple villano, Broly se convierte en un personaje con el que los fans pueden empatizar, con un desarrollo que lo aleja del cliché del saiyajin descontrolado y lo transforma en alguien que solo busca su lugar en el universo.
En Dragon Ball Z, Gohan tuvo un desarrollo notable hasta la saga de Cell, donde se convirtió en el guerrero más poderoso del momento. Sin embargo, su papel se diluyó en la saga de Majin Buu, donde pasó a un segundo plano. Dragon Ball Super trabaja en corregir esta caída en relevancia.
En Super, vemos a un Gohan más maduro, tratando de equilibrar su vida como académico, esposo y padre, mientras recupera su pasión por el combate. Gracias a Piccolo, vuelve a entrenar y se convierte en un luchador clave durante el Torneo de Poder y en la película Dragon Ball Super: Super Hero. Aquí, Gohan alcanza un nuevo nivel con su transformación Beast, demostrando que su potencial sigue intacto.
La versión futura de Trunks fue un personaje icónico en Dragon Ball Z, pero su historia quedó inconclusa tras derrotar a los androides y a Cell en su línea temporal. En Dragon Ball Super, Trunks del Futuro regresa con una trama aún más oscura y desafiante.
Durante la saga de Goku Black, Trunks se enfrenta a un enemigo que ha destruido por completo su mundo. A pesar de la desesperación, muestra una evolución significativa como líder y guerrero. Su capacidad de adaptación y su tenacidad lo llevan a desbloquear una transformación propia, combinando el poder de un Super Saiyajin con el ki divino. Este desarrollo refuerza su crecimiento como personaje y lo convierte en uno de los más admirados de la serie.
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Mientras que Dragon Ball Z presentó villanos icónicos como Freezer, Cell y Majin Buu, sus motivaciones eran mayormente simples: conquista, destrucción o deseo de poder absoluto. En cambio, Zamasu en Dragon Ball Super introduce un villano con una motivación filosófica.
Zamasu no busca la destrucción por placer, sino que cree firmemente que la humanidad es corrupta y que los dioses deben erradicarla. Su plan de exterminio tiene una base ideológica más elaborada que otros antagonistas de la serie, lo que lo convierte en uno de los villanos más interesantes y complejos de la franquicia.
Si bien Dragon Ball Z estableció a muchos personajes icónicos, Dragon Ball Super ha logrado darles mayor profundidad y relevancia en la historia. Bardock pasó de ser un simple guerrero a un padre protector, Androide 17 evolucionó de villano a héroe, y Broly dejó de ser un monstruo sin propósito para convertirse en un luchador con emociones y conflictos internos.
La franquicia ha demostrado que, más allá de la acción y las transformaciones, puede ofrecer una narrativa más rica al explorar el crecimiento y las motivaciones de sus personajes. Con cada nueva saga, Dragon Ball Super sigue expandiendo el universo de Akira Toriyama, consolidando el legado de estos héroes y villanos en el corazón de los fanáticos.
Fuente: Mundo Deportivo
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