
Corea del Sur atraviesa una profunda crisis social y demográfica, impulsada por la combinación de la tasa de natalidad más baja del mundo, el rápido envejecimiento de su población y un aumento significativo en los niveles de aislamiento social. Estas circunstancias han convertido la soledad en un problema de salud pública urgente. Para abordar esta situación, el gobierno metropolitano de Seúl ha lanzado el ambicioso programa “Seúl sin Soledad“, con una inversión de 322 millones de dólares. Este plan busca combatir los efectos del aislamiento social y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
Una Nación Marcada por la Soledad
La tasa de natalidad en Corea del Sur es alarmantemente baja, con un promedio de 0,7 hijos por mujer, que se reduce a 0,5 en Seúl, la capital del país. Este dato contrasta con el mínimo necesario para mantener una población estable, fijado en 2,1 hijos por mujer. Como resultado, Corea del Sur se enfrenta a un rápido envejecimiento de su población. Para 2025, se estima que más del 20% de los surcoreanos tendrán más de 65 años.
El impacto del envejecimiento se ve agravado por el creciente número de personas que viven solas. Más del 21,8% de los ancianos residen en soledad, mientras que aproximadamente 340.000 jóvenes, entre 19 y 39 años, se consideran socialmente aislados. Este fenómeno ha dado lugar al término “godoksa“, que describe las “muertes solitarias”, una tragedia en la que individuos fallecen sin que nadie lo note durante días o semanas. En 2023, se reportaron 3.661 casos de este tipo en el país.

El Plan “Seúl sin Soledad”: Un Enfoque Integral
El gobierno de Seúl ha diseñado un plan con múltiples estrategias para abordar la soledad y el aislamiento social. Estas iniciativas se agrupan en tres pilares principales:
1. Estar Juntos
Este pilar busca ofrecer apoyo directo a quienes enfrentan la soledad. Se introducirá una plataforma digital llamada “Knock Knock 24“, disponible 24 horas al día, que proporcionará asesoramiento y orientación a través de teléfono, chat y en centros comunitarios. Además, se construirán más de 100 centros de bienestar para personas mayores, donde podrán participar en actividades grupales y recibir apoyo nutricional a través de programas como “Dieta Saludable“.
Para los jóvenes, el programa “365 Seoul Challenge” incentivará la participación en actividades al aire libre y eventos sociales, fomentando interacciones saludables y un sentido de comunidad.
2. Conectar Juntos
El segundo pilar se centra en identificar y conectar con personas aisladas. Utilizando datos administrativos, como el consumo de servicios básicos (agua, gas y electricidad), el gobierno podrá identificar hogares donde las actividades sean inusualmente bajas. Una vez identificadas, estas personas serán invitadas a participar en la “Receta de Conexión Seúl“, un programa en tres etapas que incluye actividades recreativas, sesiones de asesoramiento y formación para fomentar su reintegración en la sociedad.
Además, establecimientos cotidianos como tiendas de conveniencia y lavanderías se convertirán en puntos de contacto donde las personas aisladas puedan recibir apoyo.
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3. Comunicarse Juntos
El último pilar busca crear una cultura de empatía y comprensión en torno a la soledad. A través de campañas educativas y la creación de espacios públicos diseñados para fomentar la comunicación, se pretende eliminar el estigma asociado al aislamiento social y promover el diálogo comunitario.
Lecciones de Otros Países
Corea del Sur no está sola en su lucha contra la soledad. Japón enfrenta un desafío similar, con el fenómeno del “hikikomori“, donde miles de jóvenes se aíslan voluntariamente durante años. El Reino Unido, por su parte, ha nombrado un Ministro de la Soledad y ha implementado políticas para combatir este problema.
Estas iniciativas internacionales destacan la importancia de abordar la soledad como una cuestión de salud pública. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que el aislamiento social puede tener efectos comparables al tabaquismo y la obesidad, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares, depresión y ansiedad.
Impacto Esperado del Plan
El plan “Seúl sin Soledad” tiene como objetivo reducir significativamente los niveles de aislamiento en la ciudad, mejorando la salud mental y física de sus habitantes. Al fomentar la interacción social y ofrecer recursos para conectar a las personas, el gobierno espera construir una sociedad más cohesionada y resiliente.
Además, el éxito de este programa podría servir como modelo para otras ciudades del mundo que enfrentan desafíos similares, demostrando que el aislamiento social puede combatirse con estrategias bien diseñadas y una inversión adecuada en el bienestar de la comunidad.
Conclusión
El problema de la soledad en Corea del Sur es un reflejo de las transformaciones sociales y demográficas que afectan a muchas sociedades modernas. Con el programa “Seúl sin Soledad”, el gobierno no solo busca mitigar los efectos inmediatos del aislamiento, sino también sentar las bases para una comunidad más inclusiva y conectada. Este esfuerzo representa un paso significativo hacia la construcción de un entorno donde nadie se sienta olvidado o desconectado.