La vibrante vida nocturna de Seúl, capital de Corea del Sur, es uno de sus grandes atractivos turísticos. Desde bares y karaokes hasta restaurantes 24/7, la ciudad ofrece experiencias únicas. Sin embargo, existe una cara menos conocida y más polémica: el elevado consumo de alcohol en espacios públicos y su normalización en la cultura surcoreana. Mientras que a los locales no les sorprende, esta realidad suele desconcertar a los turistas, generando debate en redes sociales y medios internacionales.

El Consumo de Alcohol: Una Práctica Arraigada Culturalmente

Corea del Sur encabeza desde hace años los rankings de consumo de alcohol per cápita en Asia. Las bebidas como el soju y el makgeolli no solo son populares, sino que se integran a rituales sociales, laborales y familiares. Las cenas corporativas (llamadas hoesik), en las que empleados y jefes beben en grupo, son una tradición ampliamente aceptada.

El fenómeno no se limita a bares o espacios cerrados. Es común ver grupos de amigos o personas solas bebiendo en parques, plazas o en la calle, incluso en altas horas de la noche. Para los surcoreanos, esto es parte de su dinámica cotidiana. Para los turistas, en cambio, puede parecer excesivo o alarmante.

Una Cultura que No Prioriza el Bienestar Emocional

El problema no radica únicamente en el acto de beber, sino en lo que revela: una sociedad que muchas veces no tiene espacios adecuados para abordar la salud mental. La presión académica, laboral y social es inmensa. Según datos del Ministerio de Salud y Bienestar de Corea del Sur, el país ha experimentado un aumento del 10,1% en la tasa de suicidios durante los primeros meses de 2024, en comparación con el año anterior.

Expertos coinciden en que el abuso de alcohol puede ser un síntoma de problemas emocionales no atendidos. La psicoterapia y el acompañamiento emocional siguen siendo temas tabú en amplios sectores de la población, especialmente entre adultos jóvenes. Como resultado, muchas personas encuentran en el alcohol una vía de escape, aunque sea momentánea.

Vida Nocturna en Seúl: Impacto Cultural que Sorprende a Turistas

Turistas Desconcertados, Locales Indiferentes

Videos virales y testimonios de viajeros en plataformas como TikTok o YouTube han retratado la presencia frecuente de personas ebrias caminando, durmiendo o vomitando en las calles de Seúl. Las reacciones van desde la preocupación hasta el desconcierto, ya que estos comportamientos no son habituales en otros países desarrollados.

Sin embargo, los ciudadanos surcoreanos no suelen juzgar esta conducta. De hecho, existe una especie de “código no escrito” por el cual se respeta la privacidad de quien ha bebido en exceso. No es raro ver a transeúntes que simplemente ignoran a alguien en estado de ebriedad, confiando en que llegará a casa por sí mismo.

¿Tolerancia Cultural o Negación del Problema?

Algunos analistas argumentan que esta tolerancia puede estar enmascarando un problema estructural. El consumo excesivo no siempre se aborda como una adicción, y la falta de intervenciones preventivas genera un entorno en el que los comportamientos problemáticos se normalizan.

En este sentido, resulta pertinente preguntarse si esta tolerancia social realmente refleja una actitud de comprensión o, por el contrario, una falta de herramientas para lidiar con el malestar emocional colectivo.

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El Papel del Gobierno y las Iniciativas Sociales

Las autoridades surcoreanas han comenzado a tomar medidas para mejorar la salud mental de sus ciudadanos, pero los cambios son graduales. Programas de asistencia psicológica en empresas, campañas de sensibilización y centros de apoyo en universidades son algunos de los pasos que se han dado en los últimos años.

No obstante, muchos expertos coinciden en que aún falta una reforma más profunda: una que incluya una educación emocional desde edades tempranas, y una mayor visibilización del impacto del alcohol en la salud física y psicológica.

Recomendaciones para los Turistas

Quienes visiten Seúl deben estar preparados para encontrarse con escenas poco comunes en sus países de origen. No se trata de emitir juicios rápidos, sino de comprender el contexto cultural. La vida nocturna coreana tiene mucho que ofrecer, desde clubes sofisticados hasta mercados callejeros vibrantes, y entender sus matices permite disfrutarla de forma más segura y enriquecedora.

Además, se recomienda a los visitantes no intervenir ni fotografiar a personas en estado vulnerable, respetando su dignidad y privacidad. En caso de emergencias, es posible contactar a la policía turística o servicios de asistencia local.

Conclusión

La escena nocturna en Seúl es una ventana a una sociedad compleja, moderna y profundamente influenciada por su historia cultural. El consumo de alcohol es parte integral de esa experiencia, pero también revela carencias que van más allá del ocio. Para los turistas, comprender esta dinámica es clave para apreciar la riqueza —y los contrastes— de una ciudad que no duerme, pero que también busca respuestas a sus propias contradicciones.

Fuentes:

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