En el marco de la Semana Santa 2025, el Valle del Cauca se convierte en un destino imperdible no solo por su riqueza cultural y religiosa, sino también por su variada y exquisita oferta gastronómica. Esta región del suroccidente colombiano propone una ruta llena de colores, texturas y sabores que representan el alma culinaria del Pacífico y del interior vallecaucano. Desde Cali hasta municipios como Ginebra, Buga y Buenaventura, este recorrido promete deleitar el paladar de propios y visitantes.

Cali: Punto de partida con sabor tradicional

La capital del departamento, Cali, ofrece un repertorio de platos que fusionan lo indígena, afro y español. Uno de los más representativos es el sancocho de gallina, tradicional en reuniones familiares, especialmente los domingos. Este plato se acompaña con arroz blanco, aguacate y ají de maní, y es considerado un ícono del Valle del Cauca.

También destacan los aborrajados (plátano maduro relleno de queso y frito), el champús (bebida dulce con maíz, lulo y piña), y los pandebonos, ideales para un desayuno típico. Durante la Semana Santa, restaurantes y casas de familia elaboran también platos sin carne, como el pescado en distintas preparaciones y las empanadas de pipián.

Buga: Espiritualidad y tradición culinaria

Buga, famosa por la Basílica del Señor de los Milagros, es un punto clave para el turismo religioso durante esta época. Aquí, la cocina adquiere un carácter ritual, y uno de los platos más típicos es el tamal valluno. Hecho con arroz, cerdo, pollo y masa de maíz, se cocina envuelto en hoja de plátano y se sirve con chocolate caliente y pan aliñado.

Ruta Gastronómica por el Valle del Cauca en Semana Santa

Además, durante Semana Santa, las familias preparan pescado sudado, acompañado de arroz con coco y ensaladas frescas. Las hojaldritas con miel y los dulces caseros de frutas como guayaba, breva o papaya son infaltables en las mesas bugueñas.

Ginebra: Tierra del Festival Mono Núñez y la lechona valluna

Más allá de su valor cultural y musical, Ginebra es conocida por su versión de la lechona valluna, distinta de la tolimense, ya que se hace con cerdo desmechado y arroz con arveja, sin incluir cuero. Este plato se acompaña con arepas de maíz pelao o envueltos, y se sirve especialmente en eventos comunitarios y ferias locales.

Otro plato imperdible en Ginebra es el trucha en salsa de camarones, que refleja la fusión entre ingredientes del interior y del litoral. Durante Semana Santa, muchos restaurantes también ofrecen platos típicos sin carne, con opciones como el encocado de pescado y ensaladas con frutas tropicales.

Buenaventura: Sabor del Pacífico en cada bocado

El recorrido culmina en Buenaventura, donde la cocina afrocolombiana se impone con fuerza. Uno de los platos estrella es el arroz endiablado, preparado con mariscos, coco, achiote y especias autóctonas. También destacan el encocado de piangua y el sancocho de pescado con plátano y yuca, ideales para compartir en familia durante los días santos.

Además, el arroz clavado, preparado con cangrejo azul, y la cazuela de mariscos en leche de coco son verdaderas joyas gastronómicas que rinden homenaje a los saberes ancestrales de las comunidades del litoral Pacífico.

Te puede interesar: Guía Completa para Llegar desde el Aeropuerto de Heathrow al Centro de Londres

Dulces y bebidas que complementan el viaje

En toda la región, la tradición de los dulces caseros cobra fuerza durante Semana Santa. Las alegrías de maíz y coco, las brevas con arequipe, las conservas de papaya y los dulces de leche son parte esencial de la gastronomía vallecaucana.

En cuanto a bebidas, además del tradicional champús, se disfrutan el lulada, el guarapo y las bebidas de caña. En algunos municipios, también se elaboran licores artesanales con frutas como el borojó y el chontaduro.

Una experiencia más allá del sabor

Realizar esta ruta gastronómica por el Valle del Cauca en Semana Santa es también una oportunidad para conocer de cerca la identidad cultural de una de las regiones más ricas de Colombia. Cada receta tiene una historia, una familia y una comunidad detrás. La cocina se convierte así en una expresión viva del territorio, sus tradiciones y su biodiversidad.

Conclusión

La Semana Santa 2025 ofrece el escenario perfecto para explorar el Valle del Cauca a través de sus sabores. Desde Cali hasta Buenaventura, pasando por Buga y Ginebra, la diversidad culinaria de esta región colombiana representa un verdadero festín para el alma y el paladar. Una ruta donde la devoción se mezcla con el sazón y donde cada bocado cuenta una historia de tradición, mestizaje y memoria colectiva.

Fuente: El Tiempo – Ruta Gastronómica Semana Santa 2025

Leave a comment