El pollo al verdeo con puré bien cremoso es una receta clásica de la cocina casera que nunca falla. Con una preparación sencilla pero con resultados espectaculares, este plato es ideal para una cena especial, una reunión familiar o simplemente para consentirte un día cualquiera. La combinación de una salsa suave y aromática con una base de cebolla de verdeo, más el acompañamiento de un puré de papas cremoso y bien sazonado, convierte esta receta en una verdadera delicia digna de cualquier restaurante.
Cortar las pechugas en cubos o en bifes según preferencia. Salpimentar. En una sartén caliente con aceite o manteca, dorar el pollo hasta que tome un color dorado. Reservar.
En la misma sartén, sofreír el ajo, la cebolla común picada y las cebollas de verdeo cortadas en rodajas (separar la parte verde para el final). Cocinar hasta que estén transparentes. Añadir la crema de leche y disolver el almidón previamente en un chorrito de agua fría para espesar la salsa.
Incorporar nuevamente el pollo a la sartén con la salsa y cocinar a fuego bajo durante unos 10 minutos. Justo antes de apagar el fuego, sumar la parte verde de la cebolla de verdeo para un toque fresco y aromático.
Hervir las papas peladas y en trozos hasta que estén tiernas. Escurrir y hacer un puré incorporando la manteca, la leche caliente, sal, pimienta blanca y una pizca de nuez moscada. Mezclar hasta lograr una textura cremosa, sin grumos. Se puede usar batidor de mano para que quede aireado.
El pollo al verdeo es una receta muy apreciada en la gastronomía argentina y latinoamericana por su equilibrio entre simplicidad y sabor. La cebolla de verdeo aporta un aroma característico, fresco y levemente picante que realza el sabor del pollo sin opacarlo. La crema de leche suaviza la preparación y le da un cuerpo untuoso que hace que cada bocado se derrita en la boca.
Además, el puré de papas es uno de los acompañamientos más versátiles y reconfortantes que existen. Al hacerlo bien cremoso, con buena cantidad de leche y manteca, se convierte en el complemento perfecto para absorber toda la salsa del pollo al verdeo.
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Serví el pollo sobre una cama de puré caliente, con la salsa cubriendo suavemente por encima. Podés decorar con hojas frescas de cebolla de verdeo o con pimienta recién molida. Este plato combina muy bien con un vino blanco como un Chardonnay joven o incluso con un rosado seco. También puede servirse con una ensalada verde fresca si se desea equilibrar la comida.
Con pocos ingredientes y en pasos simples, podés lograr una receta digna de un restaurante: pollo al verdeo con puré cremoso. Ideal para lucirte con invitados o simplemente para darte un gusto. Este plato es un recordatorio de que la buena cocina no necesita ser complicada: solo requiere cariño, atención al detalle y productos frescos.
Fuente: Minuto Neuquén
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