Si alguna vez te has preguntado cómo lograr un pollo frito casero tan crujiente por fuera y jugoso por dentro como el de las principales cadenas de comida rápida, hoy te revelamos todos los secretos. Con ingredientes comunes y pasos precisos, esta receta te permitirá disfrutar en casa del sabor icónico que tanto gusta en restaurantes como KFC o Popeyes, pero con el control total sobre la calidad y frescura de los ingredientes.
El éxito de un buen pollo frito no depende solo del empanizado, sino también del proceso previo. Desde el marinado hasta el tipo de aceite utilizado, cada paso influye en el resultado final. Según chefs expertos y amantes de la cocina, la combinación de reposo en suero de leche (buttermilk), condimentos balanceados y doble empanizado es la fórmula para obtener un pollo dorado, crujiente y con una carne jugosa.
Para preparar esta receta en casa, necesitarás:
Coloca las piezas de pollo en un recipiente profundo y cúbrelas con el suero de leche. Puedes añadir un poco de sal y pimienta. Este paso no solo aporta sabor, sino que ablanda la carne y mejora la retención de jugos. Cubre el recipiente con plástico y deja marinar en el refrigerador por al menos 6 horas (idealmente toda la noche).
En otro recipiente, mezcla la harina, maicena y todas las especias. La maicena ayuda a conseguir una textura extra crujiente. Puedes ajustar los condimentos al gusto o añadir picante si prefieres un sabor más atrevido.
Saca el pollo del marinado y escurre ligeramente. Pasa cada pieza por la mezcla seca, presionando para que se adhiera bien. Luego, puedes sumergirla nuevamente en un poco de suero y repetir el empanizado para lograr una capa más gruesa y crocante. Este método es clave para lograr esa textura que caracteriza al pollo de restaurante.
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Calienta suficiente aceite en una olla profunda o freidora hasta alcanzar los 175°C (350°F). Freír a temperatura correcta es crucial para que el pollo se cocine bien por dentro sin quemarse por fuera. Cocina de 12 a 15 minutos, dependiendo del tamaño de las piezas. Evita sobrecargar la olla, ya que esto baja la temperatura del aceite.
Retira el pollo y colócalo sobre una rejilla o papel absorbente. Deja reposar unos minutos antes de servir. Esto permite que los jugos se asienten y la capa exterior se mantenga crujiente.
El pollo frito combina perfectamente con papas fritas, ensalada de col (coleslaw), puré de papa con gravy, o incluso arroz con maíz. Para beber, nada como una limonada fresca, una cerveza artesanal o una bebida con gas bien fría.
Preparar un pollo frito casero al estilo de las cadenas famosas es más fácil de lo que parece, y el resultado vale cada minuto de dedicación. Siguiendo esta receta paso a paso, conseguirás piezas doradas, crocantes y llenas de sabor que no tienen nada que envidiarle a las versiones comerciales. ¡Anímate a probarlo y sorprende a tu familia con un clásico irresistible en casa!
Fuentes:
Infobae,
Serious Eats,
Bon Appétit
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